Esta entrada, quizá
sea en mi opinión una de las más difíciles de llevar a cabo, ya que se va a
tratar de responder a una pregunta muy abierta en la cual probablemente por
cada argumento en contra se puede encontrar uno a favor sobre si vale la pena
patentar o no hacerlo. Querría comenzar diciendo, que si todo fuese realmente
lo que debería ser una patente y la forma de funcionar la misma, me parece una
muy buena idea patentar. Hemos leído textos sobre cómo funcionan las patentes,
que por el hecho de patentar, esa “propiedad” es tuya y deberías obtener una
rentabilidad por la misma en caso de usarla tú o cualquier otra persona,
fabricante, empresa... Es decir es una forma de asegurarte que eso que has
patentado, en caso de que alguien quiera hacer uso de ello debe en algún modo
darte una retribución por la misma. Hasta aquí se puede pensar que patentar
siempre está bien, es algo que tú ya tienes y obviamente quitando la inversión
que debes hacer para patentar, el resto, sería todo beneficios.
Se ha expuesto lo idílico de cómo debería funcionar una patente.
Y obviamente teniendo sólo esto en cuenta diría que vale mucho la pena hacerlo.
Pero también gracias a los textos leídos y a algunas historias, noticias o
información que he encontrado, esta idea de patente, no sé si desaparece pero
cuanto menos de difumina. No se trata de contar las historias una a una para
convencer a nadie, pero sí se puede hacer un pequeño resumen de cosas que pasan
con las patentes, el poder de las grandes empresas, la dificultad para defender
la propiedad de dichas patentes, etc. Y es que las patentes no funcionan como
un reloj, en muchos casos debes demostrar que tú tienes esta patente y que
quién la está usando, lo está haciendo de forma ilegal y aparte, que esté
usando exactamente aquello que tú has patentado. Por lo tanto esto ya son
gastos en abrir causas penales, que obviamente llevan también una inversión,
añadida a la inversión inicial, que en caso de que ganes esa causa no te
generarán ninguna pérdida pero en caso contrario sí. Aquí es donde entra, por
ejemplo, una lucha legal entre un individuo o una empresa pequeña contra una
grande para demostrar el uso de una patente, y esta lucha es generalmente muy
difícil de ganar. Por esto, en caso de tener la idea de patentar algo, me
aseguraría de tener todo bien controlado, de ver que es algo realmente muy
novedoso y difícil de imitar, y que no sea fácil de cambiar un poco el diseño
para que parezca otra cosas. Y aun así, probablemente, si la idea de verdad
merece la pena, nada más patentarla buscaría un benefactor o una empresa que
quisiera invertir en esta idea, con los recursos necesarios para imponerse en
batallas legales cuando se de algún uso inapropiado de la misma.
Has comenzado muy bien, reconociendo la dificultad de una tarea de este tipo. Valorar siempre es difícil. Pero es una forma de poner en juego lo que se ha debido aprender antes sobre ventajas y desventajas. Y lo has hecho bastante bien!
ResponderEliminarPor cierto, no hay una respuesta "buena", es un tema muy controvertido y, al final, todo depende del caso de que se trate.